El Compromiso de la Comunidad para Combatir el Dengue
Desde la Secretaría de Salud se hace especial hincapié en recordar y concientizar a la comunidad sobre los recaudos que se deben tomar para evitar la proliferación del mosquito y, por consiguiente, la enfermedad.
El dengue es una enfermedad producida por un virus que se transmite por la picadura de mosquitos infectados de la especie Aedes Aegypti, y no entre personas.
Este mosquito es pequeño, oscuro y tiene bandas blancas en el lomo y patas. Vive en lugares sombreados, frescos, donde se acumula agua, en el interior o el exterior de las viviendas. Allí pone sus huevos y no vuela lejos.
Por tal motivo, es necesario descartar recipientes que acumulan agua (neumáticos, baldes, latas) y poner boca abajo aquellos que no puedan ser descartados; cambiar el agua de floreros, macetas y bebederos de mascotas, diariamente y vaciar los colectores de desagües de aire acondicionado, lluvia y canaletas.
Por otra parte, se recomienda colocar mosquiteros en todas las ventanas y en la puerta de ingreso a la vivienda y usar repelente. Utilizar tabletas repelentes en habitaciones o espirales y colocar tules en cunas y cochecitos.
Asimismo, se debe mantener la higiene en patios y jardines y el pasto corto.
Los síntomas son fiebre alta, dolor de cabeza, dolor muscular y articular, dolor detrás de los ojos, náuseas, vómitos, agrandamiento de ganglios linfáticos o sarpullido.
Ante la presencia de alguno de estos síntomas es primordial la consulta al profesional de la salud, llamando al CAPS más cercano.
Resumen
Enfermedad viral transmitida por los mosquitos y de prevalencia en las áreas tropicales y subtropicales.
Aquellos que se contagian por segunda vez con el virus tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollar la enfermedad de manera más grave.
Los síntomas son fiebre alta, sarpullido y dolor en los músculos y las articulaciones. En los casos más graves puede haber hemorragia profusa y un shock, que pueden llevar a la muerte.
El tratamiento incluye la ingesta de líquidos y el uso de analgésicos. Los casos más graves requieren atención hospitalaria.
Requiere diagnóstico médico
Los síntomas son fiebre alta, sarpullido y dolor en los músculos y las articulaciones. En los casos más graves puede haber hemorragia profusa y un shock, que pueden llevar a la muerte.
Las personas pueden sufrir:
Áreas de dolor: abdomen, articulaciones, espalda, huesos, músculos o parte posterior de los ojos
Todo el cuerpo: escalofríos, fatiga, fiebre o pérdida de apetito
Gastrointestinales: náusea o vómitos
Piel: erupciones o manchas rojas
También comunes: dolor de cabeza, dolor de garganta, facilidad para desarrollar hematomas o sangrado.
El tratamiento consiste en ingesta de líquidos y analgésicos
El tratamiento incluye la ingesta de líquidos y el uso de analgésicos. Los casos más graves requieren atención hospitalaria.